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Este blog es con el fin de enriquecer sobre temas de Semiología Quirúrgica. Una excelente idea de nuestro facilitador Dr. Luis Liriano Liz. Universidad Tecnológica de Santiago(UTESA).

viernes, 23 de marzo de 2012

conceptos


Conceptos para el examen de tórax

Ruidos Respiratorios

Son los sonidos producidos por las estructuras de los pulmones durante la respiración.

Consideraciones:

Los ruidos pulmonares se escuchan mejor con un estetoscopio, por medio de la auscultación.

Los ruidos pulmonares normales ocurren en toda el área torácica, extendiéndose hasta por encima de la clavícula y la parte inferior de la parrilla costal. Con el uso del estetoscopio, el médico puede oír ruidos respiratorios normales, disminución o ausencia de ruidos respiratorios y ruidos respiratorios anormales.

La disminución o ausencia de ruidos respiratorios puede significar:

 Aire o líquido alrededor de los pulmones (neumonía, insuficiencia cardiaca, derrame pleural).
 Incremento del grosor de la pared torácica.
 Demasiada insuflación de una parte de los pulmones (un enfisema puede causar esto).
 Disminución del flujo de aire a una parte de los pulmones.

Hay varios tipos de ruidos respiratorios anormales. Los cuatro más comunes son:

·        Estertores
·        Roncus
·        Sibilancias
·        Estridor

Los estertores son ruidos chasqueantes, burbujeantes o estrepitosos en el pulmón. Se cree que ocurren cuando el abre los espacios aéreos cerrados. Los estertores se pueden describir más ampliamente como húmedos, secos, finos o roncos.

Los roncus son ruidos que parecen ronquidos y ocurren cuando el aire queda obstruido o se vuelve áspero a través de las grandes vías respiratorias.

Las sibilancias son ruidos chillones producidos por vías aéreas estrechas y a menudo se pueden presentar cuando una persona exhala. Las sibilancias y otros ruidos anormales algunas veces se pueden escuchar sin necesidad de un estetoscopio.

El estridor es un ruido similar a las sibilancias que se escucha cuando una persona respira y generalmente se debe a una obstrucción del flujo de aire en la tráquea o en la parte posterior de la garganta.

Causas:

·        Bronquitis aguda
·        Asma
·        Bronquiectasia
·        Bronquitis crónica
·        Enfisema
·        Enfermedad pulmonar intersticial
·        Obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño
·        Neumonía
·        Edema pulmonar
·        Traqueobronquitis
Neumonía 
La neumonía (pulmonía) es una enfermedad del sistema respiratorio que consiste en la infección e inflamación de los espacios alveolares de los pulmones.
 La neumonía puede afectar a un lóbulo pulmonar completo (neumonía lobular), a un segmento de lóbulo, a los alvéolos próximos a los bronquios (bronconeumonía) o al tejido intersticial (neumonía intersticial).
La neumonía hace que el tejido que forma los pulmones se vea enrojecido, hinchado y se torne doloroso. Muchos pacientes con neumonía son tratados por médicos de cabecera y no ingresan en los hospitales.
La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) o neumonía extrahospitalaria es la que se adquiere fuera de los hospitales, mientras que la neumonía nosocomial (NN) es la que se adquiere durante la estancia hospitalaria después de las 48 horas de que el paciente ingresó por otra causa.
La neumonía puede ser una enfermedad grave si no se detecta a tiempo, y puede llegar a ser mortal, especialmente entre personas de edad avanzada y entre los inmunodeprimidos.
En particular los pacientes de sida contraen frecuentemente la neumonía por Pneumocystis. Las personas con fibrosis quistita tienen también un alto riesgo de padecer neumonía debido a que continuamente se acumula fluido en sus pulmones.
Fisiopatología
Los enfermos de neumonía infecciosa a menudo presentan una tos que produce un esputo verdoso o amarillo, o flema y una fiebre alta que puede ir acompañada de escalofríos febriles.
 La disnea también es habitual, al igual que un dolor torácico pleurítico, un dolor agudo o punzante, que aparece o empeora cuando se respira hondo. Los enfermos de neumonía pueden toser sangre, sufrir dolores de cabeza o presentar una piel sudorosa y húmeda.
Otros síntomas posibles son falta de apetito, cansancio, cianosis, náuseas, vómitos, cambios de humor y dolores articulares o musculares. Las formas menos comunes de neumonía pueden causar otros síntomas, por ejemplo, la neumonía causada por Legionella puede causar dolores abdominales y diarrea, mientras que la neumonía provocada por tuberculosis o Pneumocystis puede causar únicamente pérdida de peso y sudores nocturnos.
En las personas mayores, la manifestación de la neumonía puede no ser típica. Pueden desarrollar una confusión nueva o más grave, o experimentar desequilibrios, provocando caídas. Los niños con neumonía pueden presentar muchos de los síntomas mencionados, pero en muchos casos simplemente están adormecidos o pierden el apetito.
Los síntomas de la neumonía requieren una evaluación médica inmediata. La exploración física por parte de un asistente sanitario puede revelar fiebre o a veces una temperatura corporal baja, una velocidad de respiración elevada, una presión sanguínea baja, un ritmo cardíaco elevado, o una baja saturación de oxígeno, que es la cantidad de oxígeno en la sangre revelada o bien por pulsioximetría o bien por gasometría arterial. Los enfermos que tienen dificultades para respirar, están confundidos o presentan cianosis (piel azulada) necesitan atención inmediata.
La exploración física de los pulmones puede ser normal, pero a menudo presenta una expansión mermada del tórax en el lado afectado, respiración bronquial auscultada con fonendoscopio (sonidos más ásperos provenientes de las vías respiratorias más grandes, transmitidos a través del pulmón inflamado y consolidado) y estertores perceptibles en el área afectada durante la inspiración. La percusión puede ser apagada sobre el pulmón afectado, pero con una resonancia aumentada y no mermada (lo que la distingue de un embalse pleural). Aunque estos signos son relevantes, resultan insuficientes para diagnosticar o descartar una neumonía; de hecho, en estudios se ha demostrado que dos médicos pueden llegar a diferentes conclusiones sobre el mismo paciente.
Causa
La neumonía puede ser causada por varios agentes etiológicos:

En recién nacidos las neumonías suelen ser causadas por: Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus y ocasionalmente bacilos Gram. negativos. En lactantes (niños de 1 mes a 2 años) y preescolares (niños de 2 años a 5 años): el principal patógeno bacteriano es el Streptococcus pneumoniae, además ocasionalmente es causada por la Chlamydia trachomatis y por el Mycoplasma pneumoniae. En niños mayores de 5 años: Streptococcus pneumoniae y Mycloplasma pneumoniae.
Signos y síntomas
Los siguientes síntomas pueden estar relacionados con la enfermedad:
  • Generalmente, es precedida por una enfermedad como la gripe o el catarro común.
  • Fiebre prolongada por más de tres días, en particular si es elevada.
  • La frecuencia respiratoria aumentada: recién nacidos hasta menos de 3 meses >60 por minuto, lactantes >50 por minuto, preescolares y escolares >40 por minuto, adultos >20 por minuto.
  • Se produce un hundimiento o retracción de las costillas con la respiración que se puede observar fácilmente con el pecho descubierto.
  • Las fosas nasales se abren y se cierran como un aleteo rápido con la respiración. (principalmente se da en niños).
  • Quejido en el pecho como asmático al respirar.
  • Las personas afectadas de neumonía a menudo tienen tos que puede producir una expectoración de tipo muco-purulento (amarillenta), fiebre alta que puede estar acompañada de escalofríos. Limitación respiratoria también es frecuente así como dolor torácico de características pleuríticas (aumenta con la respiración profunda y con la tos). También pueden tener hemoptisis (expectoración de sangre por la boca durante episodios de tos) y disnea. Suele acompañarse de compromiso del estado general (anorexia, astenia y adinamia).
  • Al examen físico general es probable encontrar taquicardia, taquipnea y baja presión arterial, ya sea sistólica o diastólica.
  • Al examen físico segmentario, el síndrome de condensación pulmonar es a menudo claro; a la palpación: disminución de la expansión y de la elasticidad torácica y aumento de las vibraciones vocales. A la percusión: matidez. A la auscultación: disminución del murmullo pulmonar, crepitaciones y/o soplo tubario.
  • El paciente infantil tiene la piel fría, tose intensamente, parece decaído, apenas puede llorar y puede tener convulsiones, se pone morado cuando tose, no quiere comer (afagia), apenas reacciona a los estímulos. El cuadro clínico es similar en el paciente adulto.
  • En adultos sobre 65 años es probable una manifestación sintomática muchísimo más sutil que la encontrada en personas jóvenes.

  Fuentes

Atelectasia
La atelectasia: es la disminución del volumen pulmonar. Se debe a la restricción de la vía aérea (atelectasia restrictiva) o a otras causas no restrictivas (atelectasia no restrictiva) como por ejemplo pérdida de surfactante, que es una sustancia que impide el colapso de los alvéolos.
Debido a la restricción bronquial, el aire no fluye al tejido pulmonar. El aire que inicialmente estaba en los alvéolos, se reabsorbe o pasa a los alvéolos vecinos a través de los poros de comunicación entre las paredes alveolares. La consecuencia es que esa zona de pulmón se va retrayendo y colapsando. Se acumulan en ella las secreciones y la evolución espontánea sin tratamiento de esta zona es el deterioro irreversible del tejido pulmonar.
La atelectasia es debida a diferentes enfermedades pulmonares o extrapulmonares, por lo que más que una enfermedad en sí, es una manifestación de una patología pulmonar subyacente.
Etiología
La atelectasia puede ser producida por múltiples causas. Los pulmones pueden dejar de airearse por:
 Obstrucción bronquial intraluminal: Debido a un cuerpo extraño, muy frecuente en niños, pero también a tapones mucosos producidos en enfermedades como:
·        Fibrosis quistita.
·        Bronquiectasia
·        Absceso de pulmón.
·        Bronquiolitis.
·        Asma bronquial.
·        Neumonía y neumonitis.
·        Tuberculosis.
·        Cáncer de pulmón.
 Compresión extrínseca del bronquio.
·        Adenopatías: De procesos infecciosos agudos, tuberculosis y tumores malignos.
·        Malformaciones vasculares: anillos vasculares y aneurismas.
·        Neoplasias: Tumores mediastínicos y cáncer de pulmón.
·        Malformaciones congénitas.
·        Neumotórax.
·        Derrame pleural.
·        Neumatocele a tensión
 Contracción o cicatrización pleuropulmonares:
·        Tuberculosis.
·        Fibrosis pulmonar.
·        Bronquiolitis obliterante.
·        Traumatismo torácico.
·        Alteraciones neuromusculares: Como la enfermedad de Duchenne.
Que es una enfermedad hereditaria con un patrón de herencia de tipo recesivo ligado al cromosoma X, por lo que es mucho más común en hombres que en mujeres. Es la distrofia muscular más común.
·        Cirugía torácica: Cursa con inmovilización del tórax asociada a la sedación y al dolor, así como con aumento de las secreciones. Es la causa más frecuente de atelectasias.
Sintomatología
La atelectasia puede producir diferentes síntomas y signos como:
  • Disnea: Es una dificultad en la respiración o sensación de ahogo.
  • Dolor torácico.
  • Neumonía: Es una complicación infecciosa de la atelectasia que se instaura rápidamente.
  • Hipoxemia: Es una disminución del oxígeno en sangre debido a la falta de intercambio gaseoso en el pulmón que sufre la atelectasia. Se manifiesta como cianosis que es una coloración azulada o violácea de la piel, sobre todo de labios y dedos.
  • Taquicardia e hipotención
 
Fuente

Contusión pulmonar
Una contusión pulmonar es una contusión (golpe) al pulmón, causada por un traumatismo torácico. Como resultado de los daños a los capilares, la sangre y otros líquidos se acumulan en el tejido pulmonar. El exceso de líquido interfiere con el intercambio de gases, que podría dar lugar a niveles inadecuados de oxígeno (hipoxia). A diferencia de la laceración pulmonar, otro tipo de lesión pulmonar, la contusión pulmonar no se trata de un corte o desgarro del tejido pulmonar.
Una contusión pulmonar generalmente es causada por un traumatismo directo, pero también puede ser el resultado de lesiones producidas por una explosión o por ondas de choque asociadas a un traumatismo penetrante.
El diagnóstico se realiza estudiando la causa de la lesión, realizando exámenes físicos y radiografías de tórax. Los síntomas típicos incluyen efectos directos de traumas físicos, como dolor en el pecho y tos con sangre, así como señales de que el cuerpo no recibe suficiente oxígeno, como la cianosis. La contusión con frecuencia se cura por sí sola. A menudo no se necesita más que oxígeno suplementario y una atención constante; sin embargo, pueden ser requeridos cuidados intensivos. Por ejemplo, si la respiración se ve gravemente comprometida, puede ser necesaria la ventilación mecánica. La transferencia de fluidos corporales puede ser necesaria para asegurar un volumen adecuado de la sangre, pero esta operación es realizada con sumo cuidado, pues la sobrecarga de líquidos puede empeorar el edema pulmonar, trayendo consecuencias fatales.
La gravedad de una contusión puede variar. Un golpe pequeño puede tener poco o ningún impacto en la salud del paciente. Sin embargo, la contusión pulmonar es el tipo más común de un traumatismo torácico potencialmente fatal. Ocurre en un 30 a 75% de las lesiones graves en el pecho. Con una tasa estimada de mortalidad de 14 a 40%, la contusión pulmonar juega un papel clave en determinar si una persona va a morir o va sufrir graves efectos nocivos como resultado de un trauma. Aunque las lesiones que la acompañan son a menudo la causa de la muerte, la contusión pulmonar, se cree, es su causa directa en un 25 a 50% de los casos. Los niños presentan un riesgo especialmente alto ante la lesión, debido a que la relativa flexibilidad de sus huesos impide a la pared del pecho absorber la fuerza del impacto, causando que esta se transmita casi en su totalidad a los pulmones.
La contusión pulmonar se asocia con complicaciones como la neumonía y el síndrome de distrés respiratorio, y puede causar a largo plazo incapacidad respiratoria.
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Hemotórax
El hemotórax es la presencia de sangre en la cavidad pleural. Generalmente está causado por lesiones torácicas, (arterias)pero puede haber otras causas, tales como cáncer pulmonar o pleural, o incluso cirugías torácicas o del corazón
En una lesión traumática con un objeto contundente, una costilla puede herir parte del tejido del pulmón o de una arteria, causando que la sangre entre en el espacio pleural, en el caso de una lesión cortopunzante o una herida de bala, puede haber compromiso de pulmón. Un hemotórax puede ir asociado con un neumotórax (entrada de aire en el espacio pleural), y dependiendo de la cantidad de sangre, el hemotórax puede complicarse con un estado de shock.
Los síntomas del hemotórax son: dificultad para respirar, dolor torácico, ansiedad o inquietud, y frecuencia cardíaca acelerada. El médico puede confirmar su diagnóstico con un examen físico que puede revelar una disminución de ruidos respiratorios, la aparición de matidez a la percusión, o por medio de una radiografía de tórax.

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Tórax Flácido

Fractura de más de 3 o 4 costillas en 2 lugares de su longitud (4° a 7° costilla).

Epidemiología:
Grupos de edad entre los 40 – 49 años.
Mayor incidencia en personas del sexo masculino.
Está relacionado con contusión pulmonar, neumotórax, hemotórax, hemoneumotorax.
Etiología:

Caídas de grandes alturas.
Accidentes automovilísticos (trauma cerrado o contuso).
Traumas abiertos o penetrantes
Colisión contra objetos fijos.
Compresión súbita.

Signos y síntomas

Dificultad respiratoria.
Respiracion entrecortada, superficial, paradójica.
Hipoxia.
Taquicardia.
Taquipnea.
Cianosis.
Equimosis en el sitio del trauma.
Dolor abdominal referido.
Movimiento paradójico.
Crepitación ósea.


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Piotórax
Acumulación de pus en la pleura
Quilotórax

   Entendemos por quilotórax la presencia de contenido de origen linfático (linfa) en la cavidad pleural. Es una enfermedad poco frecuente y puede ser primario (de causa desconocida, como la mayoría de los que aparecen en los recién nacidos) o secundario: generalmente en niños mayores y tras traumatismos, intervenciones quirúrgicas, compresiones de la vena cava superior, infecciones mediastínicas o tumores intratorácicos. Es más frecuente en varones y en el lado derecho, siendo excepcionales los casos bilaterales.
   El acúmulo de linfa en la cavidad pleural comprime el pulmón y puede llegar a desplazar el mediastino y comprimir el pulmón contralateral resultando de este modo una dificultad respiratoria que puede ser grave. La linfa no recuperada en el sistema sanguíneo general determina una pérdida de proteínas y grasas que condiciona un grado variable de desnutrición. Estos dos procesos condicionan la forma de presentación de la enfermedad: dificultad respiratoria, aumento de la frecuencia respiratoria (taquipnea), coloración azulada de la piel y mucosas (cianosis) son frecuentes. La dificultad para tragar (disfagia) es consecuencia del desplazamiento del mediastino.
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Derrame Pleural
El derrame pleural es un acumulación patológica de líquido en el espacio pleural. También se le conoce como Pleuresía o Síndrome de Interposición Liquída.
Fisiopatología
En condiciones fisiológicas existe una escasa cantidad de líquido pleural de no más 10-15 ml en cada hemitórax, que lubrica y facilita el desplazamiento de las dos hojas pleurales que delimitan la cavidad pleural. Existe un trasiego fisiológico de líquido que se filtra, pero cuando hay un desequilibrio entre la formación y la reabsorción se produce el derrame pleural. Tanto la pleural visceral como la parietal tienen irrigación sanguínea dependiente de la circulación sistémica, pero difieren en el retorno venoso. Los capilares de la pleura visceral drenan en las venas pulmonares mientras que los de la parietal lo hacen en la vena cava.

El líquido puede tener dos orígenes distintos, puede ser el resultado de un exudado o de un transudado.
El transudado se da en casos de insuficiencia cardíaca congestiva (ICC)en un 40-72%, mientras que el exudado es más frecuente en cuadros paraneumónicos (50-70%), neoplasias (42-60%) y tuberculosis (23,5%)[1]

Hidrotórax (trasudados)

Se dan principalmente en la ICC, el 80% son derrames bilaterales. Otras causas son la cirrosis hepática, la insuficiencia renal crónica, el síndrome nefrótico, la diálisis peritoneal...
El líquido del hidrotórax tiene un pH neutro, se caracteriza por tener menor densidad y menor concentración de proteínas, mientras que aumentan las LDH.[2]
Las efusiones trasudativas y exudativas de la pleura se diferencian comparando la bioquímica del líquido pleural de aquellos de la sangre. De acuerdo al meta-análisis, dichas efusiones exudativas pleurales necesitan al menos uno de los siguientes criterios:[3]
1.     Proteína en el fluido pleural >2,9 g/dL (29 g/L)
2.     Colesterol en el fluido pleural >45 mg/dL (1,16 mmol/L)
3.     LDH en el fluido pleural >60 % del límite superior del suero
Su clínica dependerá en gran medida de la enfermedad de base. Habitualmente cursan con disnea, ortopnea, nicturia y edemas maleolares. Sus signos más característicos son la matidez a la percusión y la disminución tanto del murmullo vesicular como de las vibraciones vocales.

Exudados

Las causas que producen el exudado pueden tener diversos orígenes:
En su clínica, predominan dolor, tos, disnea, cianosis, fiebre y taquicardia. Sus signos son similares a los del hidrotórax, disminución de las vibraciones vocales y del murmullo vesicular y matidez.
centesis
Se indica en derrames pleurales de etiología desconocida y con más de 1 cm hasta la pared. Su realización nos permite analizar el líquido:
En casos de derrame masivo, el mediastino puede ser empujado por la presión ejercida por el líquido.


Fuentes


Asma

Es una enfermedad crónica del sistema respiratorio caracterizada por vías aéreas hiperreactivas (es decir, un incremento en la respuesta broncoconstrictora del árbol bronquial). Las vías aéreas más finas disminuyen ocasional y reversiblemente por contraerse su musculatura lisa o por ensanchamiento de su mucosa al inflamarse y producir mucosidad, por lo general en respuesta uno o más factores desencadenantes como la exposición a un medio ambiente inadecuado (frío, húmedo o alergénico), el ejercicio o esfuerzo en pacientes híper-reactivas, o el estrés emocional. En los niños los desencadenantes más frecuentas son las enfermedades comunes como aquellas que causan el resfriados común.


2 comentarios:

  1. Cuando una persona tiene neumonía, los pulmones no pueden funcionar tan bien como lo hacen habitualmente. Porque este tipo de infección produce una secreción y mucosidad que bloquean los alvéolos. Esto hace que sea más difícil para el oxígeno llegar a los pulmones, donde puede pasar hacia la sangre. La persona aún puede respirar, pero probablemente tiene más dificultad para hacerlo, especialmente si la neumonía afecta ambos pulmones. Y estas secreciones y mucosidades hacen que se produzcan estertores característicos en la neumonía.

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