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Este blog es con el fin de enriquecer sobre temas de Semiología Quirúrgica. Una excelente idea de nuestro facilitador Dr. Luis Liriano Liz. Universidad Tecnológica de Santiago(UTESA).

viernes, 20 de abril de 2012

examen de recto y ano

Examen de Ano y Recto




Posición

Decúbito lateral izquierdo prono.
Esta posición es ideal para inspección de la piel perianal y región pilonidal, y para palpación del conducto anal, y parte baja del recto.

Litotomía.
La posición de litotomía suele emplearse para el examen físico sistemático. Se considera la mejor para palpar la parte alta del recto, el fondo de saco de Douglas, la próstata y las vesículas seminales.

Genupectoral.
Esta posición tiene las ventajas del decúbito lateral izquierdo prono y es la de elección para sigmoidoscopia, que puede efectuarse muy profunda sin insuflación de aire. Resulta embarazosa y molesta para la paciente a menos que se disponga de una mesa especial.

En Cuclillas.
Si hay antecedentes sospechosos de prolapso rectal y no puede demostrarse la lesión, suele manifestarse en esta posición. Algunas masas situadas en el rectosigmoides, el sigmoides o la pelvis quizá sólo puedan palparse en esta posición.

Inspección
Hay que separar las nalgas. La piel perianal pigmentada y es de textura más gruesa que el piel vecina de las nalgas. Muchas veces forma pliegues irregulares huecos que se irradian hacia afuera, desde el centro del ano hacia la piel vecina. Normalmente estos pliegues desaparecen con facilidad al separar las nalgas; han de estar limpios, sin detritus ni materia fecal.
Se busca la presencia de excoriaciones y lesiones de rascado si hay prurito anal, y la presencia de excrecencias verrugosas y apéndices hemorroidales externos. Obsérvese la zona pilonidal en busca de fistulas, hoyuelo o signos de inflamación aguda o crónica. Se indica al paciente que haga esfuerzos y con ligera tracción de la piel perianal puede demostrarse el prolapso del recto o la presencia de hemorroides internas o pólipos.

Palpación

Hay que palpar la zona pilonidal y las fosas isquiorrectales buscando induración o edema antes de examinar el conducto anal. Debe sospecharse la presencia de una fisura muy dolorosa si despierta mucha molestia una presión cuidadosa ejercida contra el borde posterior del conducto anal sin introducir el dedo en él.
Al introducir el dedo bien lubricado en el conducto anal, lo primero que se percibe es la resistencia normal de la porción superficial del esfínter externo. Este se relajará por presión cuidadosa ejercida con la superficie palmar del dedo. La relajación se facilita pidiendo al paciente que haga un poco de esfuerzo. Si el esfínter no se relaja y la presión produce dolor intenso, indica la presencia de una estenosis dolorosa o de una inflamación aguda del conducto anal.
Hay que observar el tono de la musculatura. En ausencia de lesiones locales, una debilidad intensa puede ser indicio de trastorno neurológico.

Próstata y Vesículas Seminales.
El examen cuidadoso de la próstata constituye parte esencial de la exploración rectal en el varón. Hay que tener una clara noción de la superficie normal de la glándula para reconocer las posibles anomalías.

En un examen sistemático es necesario:

1. Identificar y palpar el surco medio.
2. Identificar y palpar los surcos laterales.
3. Percibir la superficie de cada lóbulo y buscar irregularidades o nódulos.
4. Comprobar la consistencia normal de la glándula.
5. Percibir las vesículas seminales.
6. Palpar la región de la uretra membranosa.

Trastornos de Próstata y Vesículas Seminales

Prostatitis.

En la prostatitis aguda la glándula está uniformemente aumentada de volumen, caliente y dolorosísima. En la prostatitis crónica es dura e irregularmente nodular. Los surcos laterales se conservan bien. La glándula tiende a ser pastosa y ligeramente dolorosa.


Hipertrofia Benigna de la Próstata.
Uno de los primeros signos de hipertrofia benigna de la glándula prostática es la desaparición del surco medio. La hipertrofia tiende a ser simétrica; la glándula es dura y elástica.

Carcinoma Prostático.
Signo precoz del mismo es la desaparición de los surcos laterales. Debe hacer sospechar carcinoma la presencia de cualquier nódulo aislado de gran dureza.

Cálculos Prostáticos.
Ocasionalmente se pueden percibir cálculos prostáticos inmediatamente por debajo de la superficie de la glándula en forma de nódulos pequeñas, duros, como cuentas de rosario.

Lesiones Anorrectales

Las que mencionamos en seguida son fáciles de descubrir por examen físico:

Apéndices Hemorroidales Externos.
Se trata del resultado ultimo de trombosis ocurridas en hemorroides externas. Aparecen como grandes pliegues fibróticos de la piel. Generalmente no producen síntomas, pero pueden acompañarse de prurito anal.

Prurito Anal.
Los pliegues radiados normales de la piel están edematosos, hinchados y alargados. La piel presenta excoriaciones y fisuras entre los pliegues; las excoriaciones suelen ser irregulares y provienen del rascado.

Hemorroides Externas Trombosadas.
Una hemorroide externa trombosadas forma un tumor muy doloroso, netamente circunscrito, de tono azulado, situado inmediatamente a la entrada del conducto anal.

Hemorroides Internas.
Las hemorroides internas que no se prolapsan pueden resultar difíciles de descubrir si no es por examen anoscópico. En ocasiones pueden percibirse como pliegues blandos que se dirigen hacia arriba desde el conducto anal penetrando en el recto.

Fisura Anal.
Suele  hallarse en la parte posterior del ano, y el dolor intensísimo hace casi imposible la exploración rectal.


Fístula Anal.
La abertura externa de una fístula anal no puede distinguirse de otros trayectos fistulosos o pequeños abscesos subcutáneos de esta localización.



Papila Hipertrofiada.
Puede palparse como estructura polipoide duro situada en el extremo superior del conducto anal. Las papilas hipertrofiadas muchas veces se describen erróneamente como “hemorroides internas trombosadas” o como “pólipos”.

Prolapso del Recto.
El prolapso sólo puede producirse cuando el paciente hace fuerza sentado, como al evacuar.

Absceso Perirrectal.
Resulta evidente en forma de hinchazón dolorosa junto al conducto anal.

Estenosis Anal.
En este caso no puede introducirse el dedo en el recto a causa de las bridas fibrosas densas que estrechan el conducto. La estenosis anal debe distinguirse de la fibrosis de la porción subcutánea del esfínter externo.

Estenosis Rectal.
Las estenosis inflamatorias del recto la ampolla suele estar disminuida de volumen.

Pólipos Rectales.
Pueden descubrirse por palpación si están al alcance del dedo que efectúa el tacto. El pólipo corriente se percibe como un nódulo blando y pedunculado unido a la pared del recto.

Carcinoma del recto.
Suele reconocerse como una lesión irregular y dura originada en la pared rectal, con una zona central ulcerada. A veces el cáncer puede palparse solamente como una lesión polipoide muy voluminosa sin núcleo central ulcerado.

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