Examen de Ano y Recto
Posición
Decúbito lateral izquierdo
prono.
Esta posición es ideal para inspección de la piel perianal y
región pilonidal, y para palpación del conducto anal, y parte baja del recto.
Litotomía.
La posición de litotomía suele emplearse para el examen
físico sistemático. Se considera la mejor para palpar la parte alta del recto,
el fondo de saco de Douglas, la próstata y las vesículas seminales.
Genupectoral.
Esta posición tiene las ventajas del decúbito lateral
izquierdo prono y es la de elección para sigmoidoscopia, que puede efectuarse
muy profunda sin insuflación de aire. Resulta embarazosa y molesta para la
paciente a menos que se disponga de una mesa especial.
En Cuclillas.
Si hay antecedentes sospechosos de prolapso rectal y no
puede demostrarse la lesión, suele manifestarse en esta posición. Algunas masas
situadas en el rectosigmoides, el sigmoides o la pelvis quizá sólo puedan
palparse en esta posición.
Inspección
Hay que separar las nalgas. La piel perianal pigmentada y es
de textura más gruesa que el piel vecina de las nalgas. Muchas veces forma
pliegues irregulares huecos que se irradian hacia afuera, desde el centro del
ano hacia la piel vecina. Normalmente estos pliegues desaparecen con facilidad
al separar las nalgas; han de estar limpios, sin detritus ni materia fecal.
Se busca la presencia de excoriaciones y lesiones de rascado
si hay prurito anal, y la presencia de excrecencias verrugosas y apéndices
hemorroidales externos. Obsérvese la zona pilonidal en busca de fistulas,
hoyuelo o signos de inflamación aguda o crónica. Se indica al paciente que haga
esfuerzos y con ligera tracción de la piel perianal puede demostrarse el
prolapso del recto o la presencia de hemorroides internas o pólipos.
Palpación
Hay que palpar la zona pilonidal y las fosas isquiorrectales
buscando induración o edema antes de examinar el conducto anal. Debe
sospecharse la presencia de una fisura muy dolorosa si despierta mucha molestia
una presión cuidadosa ejercida contra el borde posterior del conducto anal sin
introducir el dedo en él.
Al introducir el dedo bien lubricado en el conducto anal, lo
primero que se percibe es la resistencia normal de la porción superficial del
esfínter externo. Este se relajará por presión cuidadosa ejercida con la
superficie palmar del dedo. La relajación se facilita pidiendo al paciente que
haga un poco de esfuerzo. Si el esfínter no se relaja y la presión produce
dolor intenso, indica la presencia de una estenosis dolorosa o de una
inflamación aguda del conducto anal.
Hay que observar el tono de la musculatura. En ausencia de
lesiones locales, una debilidad intensa puede ser indicio de trastorno
neurológico.
Próstata y Vesículas
Seminales.
El examen cuidadoso de la próstata constituye parte esencial
de la exploración rectal en el varón. Hay que tener una clara noción de la
superficie normal de la glándula para reconocer las posibles anomalías.
En un examen
sistemático es necesario:
1. Identificar y palpar el surco medio.
2. Identificar y palpar los surcos laterales.
3. Percibir la superficie de cada lóbulo y buscar
irregularidades o nódulos.
4. Comprobar la consistencia normal de la glándula.
5. Percibir las vesículas seminales.
6. Palpar la región de la uretra membranosa.
Trastornos de
Próstata y Vesículas Seminales
Prostatitis.
En la prostatitis aguda la glándula está uniformemente
aumentada de volumen, caliente y dolorosísima. En la prostatitis crónica es
dura e irregularmente nodular. Los surcos laterales se conservan bien. La
glándula tiende a ser pastosa y ligeramente dolorosa.
Hipertrofia Benigna
de la Próstata.
Uno de los primeros signos de hipertrofia benigna de la
glándula prostática es la desaparición del surco medio. La hipertrofia tiende a
ser simétrica; la glándula es dura y elástica.
Carcinoma Prostático.
Signo precoz del mismo es la desaparición de los surcos
laterales. Debe hacer sospechar carcinoma la presencia de cualquier nódulo
aislado de gran dureza.
Cálculos Prostáticos.
Ocasionalmente se pueden percibir cálculos prostáticos
inmediatamente por debajo de la superficie de la glándula en forma de nódulos
pequeñas, duros, como cuentas de rosario.
Lesiones
Anorrectales
Las que mencionamos en seguida son fáciles de descubrir por
examen físico:
Apéndices
Hemorroidales Externos.
Se trata del resultado ultimo de trombosis ocurridas en
hemorroides externas. Aparecen como grandes pliegues fibróticos de la piel.
Generalmente no producen síntomas, pero pueden acompañarse de prurito anal.
Prurito Anal.
Los pliegues radiados normales de la piel están edematosos,
hinchados y alargados. La piel presenta excoriaciones y fisuras entre los
pliegues; las excoriaciones suelen ser irregulares y provienen del rascado.
Una hemorroide externa trombosadas forma un tumor muy
doloroso, netamente circunscrito, de tono azulado, situado inmediatamente a la
entrada del conducto anal.
Hemorroides Internas.
Las hemorroides internas que no se prolapsan pueden resultar
difíciles de descubrir si no es por examen anoscópico. En ocasiones pueden
percibirse como pliegues blandos que se dirigen hacia arriba desde el conducto
anal penetrando en el recto.
Fisura Anal.
Suele hallarse en la parte posterior del ano, y el
dolor intensísimo hace casi imposible la exploración rectal.
Fístula Anal.
La abertura externa de una fístula anal no puede
distinguirse de otros trayectos fistulosos o pequeños abscesos subcutáneos de
esta localización.
Papila Hipertrofiada.
Puede palparse como estructura polipoide duro situada en el
extremo superior del conducto anal. Las papilas hipertrofiadas muchas veces se
describen erróneamente como “hemorroides internas trombosadas” o como
“pólipos”.
El prolapso sólo puede producirse cuando el paciente hace
fuerza sentado, como al evacuar.
Absceso Perirrectal.
Resulta evidente en forma de hinchazón dolorosa junto al
conducto anal.
Estenosis Anal.
En este caso no puede introducirse el dedo en el recto a
causa de las bridas fibrosas densas que estrechan el conducto. La estenosis
anal debe distinguirse de la fibrosis de la porción subcutánea del esfínter
externo.
Estenosis Rectal.
Las estenosis inflamatorias del recto la ampolla suele estar
disminuida de volumen.
Pólipos Rectales.
Pueden descubrirse por palpación si están al alcance del
dedo que efectúa el tacto. El pólipo corriente se percibe como un nódulo blando
y pedunculado unido a la pared del recto.
Carcinoma del recto.
Suele reconocerse como una lesión irregular y dura originada
en la pared rectal, con una zona central ulcerada. A veces el cáncer puede
palparse solamente como una lesión polipoide muy voluminosa sin núcleo central
ulcerado.
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